Aspiración por la felicidad
Todo ser humano aspira a ser feliz. Malas noticias pues hay que dar. Tal aspiración es un mero deseo que perseguimos denodadamente y nunca acabamos de encontrar y permaner en tal estado de felicidad. En realidad, es algo evanescente que no tiene permanencia y que cualquier estado vivido está sujeto al constante cambio, impermanencia, transiitoriedad. De hecho, si reflexionamos nada más que un poquito, nos daremos cuenta que, quien busca, es decir, yo, nosotros, lo hacemos desde nuestra configuración psicofísica de nuestra individualidad que está sometida al cambio continuado.
Entonces, como es posible que aquello que cambia - nosotros -, que se pone en contacto con lo que es cambiante - los objetos -, pueda producir un estado que podamos sujetar algo que queremos sea duradero, permanente, donde no se de la dualidad - dolor y placer - en la que estamos atrapados?
El estado de felicidad permanente: una quimera
Por lo tanto, la felicidiad continuada no es sino una quimera, donde lal mente engañosa nos empuja hacia un futuro - incierto por otro lado -, que colabora con la esperanza de que algo permanente aparecerá y experimentaremos. Pues no, desafortunadamente. Desde el punto de vista de las religiones monoteístas hay que trasladarse a un estado postmorten para proyectar la idea de nuestro deseo de felicidad continuada e inmortalidad en un idílico más allá producto de nuestras creencias, fe y construcciones culturales,
A partir de aquí, cada quien se puede situar en cualquier propuesta, creencia, fe, estado trascendental que pueda supuestamente terminar con nuestras limitaciones y lal frustración de las aspiraciones no logradas.
También es importante aceptar nuestra dimensión humana
Sin entrar en búsquedas de otra naturaleza, dentro de la dimensión humana, es importante aprender a conocer nuestra naturaleza y no vivir vinculados a recetas sobre la felicidad que casi siempre se cree se pueden encontrar en librerías, donde múltiples autores nos sitúan en: "Como conseguir la felicidad". Creo que eso nos frustra más por medio de la obsesión de querer lograrlo; que la dicha que podrías sentir por vivir con la mirada de nuestros ojos y nuestra mente, puestas de otra manera y con otra actitud al servicio del bienestar y reconocimiento de quienes somoso y como somos.
Decía Krishnamurti: "Una cosa es pensar igual y otra pensar juntos" Pensemos juntos ¿no?
Maneras de verlo
Una manera de verlo sería como Fray Luis de León:
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda `pr donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Una cosa es aquello que a uno le hace feliz, por el valor que éste le puede dar y otra cosa es la felicidad. No existe una receta universal. Un valor o creencia personal o individual no se puede globalizar.
Pongo como ejemplo estas palabras de Karl Popper, cuya experiencia es válida para sí mismo pero no para toda la raza humana. Eso es lo que debemos distinguir. No por el hecho de que alguien que proclamemos un gigante del pensamiento deba ser el pensar universal.
Volvamos a Popper - foto -:"Deseo añadir mi inquebrantable convicción de que junto a la música y el arte, la ciencia es el más grande, hermoso o iluminador logro del espíritu humano". Muy bien, y quien no piensa así, pregunto yo, ¿debe sentirse infeliz?. Convendréis conmigo en que no, Asunto resuelto.
A Baudelaire en una ocaión le preguntaron donde preferiría vivir. Respondió: "En cualquier parte cpn tal que sea fuera de este mundo".
Creo que Miguel Delibes escribió aceertadamente:" No existe la felicidad. A lo largo de la vida hay briznas de dicha que se deshacen como las pompas de jabón"
La filosofía dice una cosa, las neurociencias otra, la teología las suyas, las religiones, la física, química, antropología, biología, .........y así sucesivamente, las cienciias del pensar, creer y saber dicen la suya. Pensemos, ¿quién tiene razón? ?
Placer y dolor, o dualidad, no felicidiad perenne, y eterna. Esto es un hecho y lo primero también, Desde el punto de vista humano, especulamos, también es importante que tengamos una actitud un tanto crítica con nosotros mismos y seamos permisivos en aceptar todo lo que se nos dice.